Convocatoria abierta: FACBA 22. La Lentitud, resistencias a la inercia frenética.

Abierta desde el 1 de junio hasta el 1 de julio de 2021 a las 14:00 h.

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Esta edición plantea como experiencia reflexiva la lentitud. Un marco para reconocer la cualidad esencial del mundo y recomponer sus límites confundidos a menudo en la vorágine diaria.

«Preferiría no hacerlo» es la famosa fórmula que utiliza el protagonista de la novela de Herman Melville, un peculiar copista que trabaja en una oficina de Wall Street y que un día, de repente, deja de escribir. Semejante rebeldía pone al descubierto el hecho incontestable de tomar conciencia, y consecuentemente, detenerse para elegir. Vivimos inmersos en cronogramas imposibles. Nuestro ritmo biológico se ve violentado a diario por sistemas de producción acelerados y masivos que nos exigen estar presentes todo el tiempo y atentos a todo el mundo. La hiperconectividad nos ha hecho perder la referencia del acontecer temporal, del tiempo que llevan los procesos naturales, los desarrollos vitales. Las redes sociales ejercen su violencia contra los usuarios exigiéndoles la inmediatez en la respuesta, la tiranía de la actualización constante de la información que se sube.

En las redes sociales bastan unos pocos segundos para desactualizar cualquier información, lo que impone cierta esclavitud. En la naturaleza esto no es así; ella maneja otros tempos y que el ser humano se haya desvinculado de ese ritmo, lo haya acelerado y viva inmerso en un continuum veloz, no significa que el reloj biológico natural deba adaptarse. De hecho la naturaleza nos recuerda a veces su fuerza y capacidad de gobierno sobre nosotros, porque sus tiempos tienen otra escala, las cosas pasan cuando tienen que pasar, no se cuecen ni más lentas ni más rápidas, sino “a su amor”, al ritmo necesario. Frente a ese tiempo capitalizado y acelerado, se propone un tiempo sensible y escalado.

La lentitud se plantea no tanto como alternativa a la métrica temporal del tiempo presente, sino como marco de observación de las facetas dispares de la experiencia. Surge precisamente de la aparente percepción de los límites que parecen circunscribir la lentitud ( la inmovilidad –caso de Bartleby, el escribiente– y la frenética velocidad de nuestros días), para recordarnos que son posibles otras implicaciones y otras escalas con las que aprehender la contemporaneidad. ¿Encontraremos la manera de dilatar la experiencia, disfrutar lo bien hecho, reivindicar el ritmo “lento” incluso la pérdida consciente del tiempo, para valorar lo transcurrido no solo como madurez o experiencia sino como la propia estructura del conocimiento?

Imagen de portada de Convocatoria FACBA 22. La Lentitud, resistencias a la inercia frenética